Este episodio ocurrió en medio de la discusión sobre el acoso y abuso sexual que sufrían estudiantes tanto universitarias como secundarias, acá en Chile se hicieron una serie de marchas multitudinarias.
Un día de mayo la radio Bío Bío realizó una transmisión en vivo de una marcha encabezada por estudiantes secundarios contra el abuso, como siempre, comencé a comentar, dando cuenta de mi opinión, sin ánimo de polemizar ni nada. Transcurridas unas horas un personaje comienza a insultarme, profiriéndome una serie de descalificaciones (guatona teñida, tonta, ridícula) para sustentar su fundamento, que a mí parecer era tremendamente misógino. Al ver que yo le respondía y le enrostraba la falta de fundamentos en su opinión, procede a amenazarme.
Según lo que recuerdo fue más menos de esta manera: “Así que trabajas en la Biblioteca Nacional, entonces voy a ir mañana para allá, aprovechando que trabajo cerca, para avisarte, porque estás usando recursos de todas las personas y no trabajas y te dedicas a sacar la vuelta…”. Ante eso me asusté tremendamente, no porque me fuera a acusar sino, porque de alguna forma estaba vulnerando mi espacio, porque convengamos, en Facebook uno puede plasmar su opinión y puede haber diferencias con otras personas, pero de ahí a amenazar a alguien con acusarlo en su trabajo denota un grave problema mental. Al verme amenazada, le digo que es una pena que no sepa respetar la opinión de los demás y si quiere denunciarme, que lo haga.
Al poco rato responde que no lo hará, que me relaje, acto seguido, borra todos sus comentarios y queda como que aquí no pasó nada. Después de este episodio me sentí super vulnerada y me salí de todas esas páginas de opinión, esperando no tener que pasar por lo mismo de nuevo. Ese personaje que me amenazó es usuario habitual de páginas como Bío Bío, y su modus operandi es realizar comentarios misóginos.
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