La cicatriz metálica del desarrollo a la chilena
Por Joel González Vega Activista y Vocero Campaña “Libres de Alta Tensión”
El día 15 de mayo de 2014, el ministro de Energía, Máximo Pacheco Matte, presentó al país la Agenda de Energía. Este documento representa las actuales líneas de trabajo del gobierno para desarrollar en conjunto con las empresas generadoras, transportadoras y distribuidoras de energía; además de la industria minera, lo que se denominó como Estrategia Nacional de Energía.
El martes 24 de junio del mismo año se llevó a cabo en el centro de eventos Casa Piedra en Santiago la Cena Anual de Energía. Este evento reúne al gobierno y al sector privado eléctrico. Durante la jornada, la presidenta Michelle Bachelet, acompañada del ministro Pacheco, declaró cuáles serán los énfasis en materia de producción y transmisión energética para el país durante los próximos años con el objetivo de robustecer el Sistema Interconectado del Norte Grande (SING) y el Sistema Interconectado Central (SIC) y descongestionar el sistema de trasmisión a partir del año 2017 expandiendo nuevas líneas desde la región del Bío Bío hacia el Norte Grande (Polpaico – Pan de Azúcar, Pan de Azúcar – Maitencillo, Maitencillo – Cardones, Cardones – Diego de Almagro, Ancoa – Alto Jahuel, Charrúa – Ancoa, el primer circuito Rapel – Alto Melipilla y Alto Melipilla – Lo Aguirre).
Durante su presentación, Bachelet, reafirmó su compromiso con el sector privado, indicando que “aceleraremos en un año” la aprobación y puesta en marcha de diversos proyectos de generación y transmisión eléctrica (actualmente la mayoría están en procesos de evaluación ambiental y con evidentes conflictos ambientales y oposición ciudadana).
Por su parte, el ministro de Energía, pidió “voluntad” al sector público para trabajar en un “esfuerzo combinado” con el sector privado. Otro de los temas conversados fue “la necesidad de fortalecer la participación ciudadana de manera que los proyectos de inversión energética sean percibidos como una oportunidad de bienestar, progreso y movilidad social para las comunidades”, según palabras de Pacheco. Desde aquel entonces, las presiones del Gobierno a través de toda su estructura institucional han buscado la aprobación de la carretera eléctrica LT 2X500 KV Cardones-Polpaico (Isa Inter Chile) aún incluso cuando dicho proyecto estaba en fase de evaluación ambiental y la presidenta Bachelet hacía público su respaldo.
En el transcurso de su evaluación fueron múltiples los reparos ciudadanos en rechazo al proyecto de Inter Chile, los que fueron escuchados por la Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la Cámara de Diputados. Ello derivó en una investigación cuyo informe fue enfático en denunciar los diversos vicios en el proceso de participación ciudadana y el lobby persistente del ex ministro Máximo Pacheco para disminuir la resistencia local, sobre todo en aquellos municipios que alertaron sobre su ofensiva judicial en resistencia a la carretera eléctrica que en comunas como Limache y Olmué (parte de la reserva de la biósfera La Campana-Peñuelas) se alzará como una cicatriz metálica con las torres de alta tensión más altas jamás construidas en Latinoamérica, con una capacidad de transmisión de 1 millón de voltios y con todo el impacto a los ecosistemas, la fauna y la salud humana que dicho proyecto conlleva.
Hoy la carretera eléctrica Cardones-Polpaico se alza como la gran amenaza para el surgimiento de nuevos proyectos energéticos que sin el consentimiento ni el parecer de las comunidades ponen en riesgo la calidad de vida de quienes han forjado historias, familias y sueños compartidos vinculados a su tierra. Cardones- Polpaico es un proyecto licitado durante el gobierno de Sebastián Piñera y puesto en urgencia por el de Michelle Bachelet bajo la insistencia de Máximo Pacheco, ministro que constantemente justificó su construcción como una vía indispensable para la conectividad energética del país y para el impulso de fuentes de energía renovables no convencionales. No obstante ello, el primer proyecto dispuesto a “colgarse” de esta red es la Central Termoeléctrica Los Rulos, la que evidentemente por sus características no califica como matriz energética sostenible ni renovable.
Hoy la carretera eléctrica Cardones-Polpaico se alza como la gran amenaza para el surgimiento de nuevos proyectos energéticos que sin el consentimiento ni el parecer de las comunidades ponen en riesgo la calidad de vida de quienes han forjado historias, familias y sueños compartidos vinculados a su tierra.
En un país donde el consumo energético que demanda la población (servicio domiciliario, alumbrado público) es de un 16% y donde el resto corresponde a la gran minería y mega industria principalmente; donde el 66% de la matriz energética corresponde a termoeléctricas (carbón, diesel, gas natural, petcoke) y un 32% a hidroeléctricas (embalses y represas) es indispensable repensar el sentido que impulsa las políticas públicas en materia energética, las que hoy al parecer siguen estando al arbitrio del mercado donde en definitiva son las empresas de transmisión y generación energética las que dictan al oído del gobierno sus expectativas de negocio para dar luz verde a sus proyectos, muy a pesar de la gente común, que debe asumir los pasivos ambientales de un paradigma de desarrollo insostenible e inviable con la preservación de los ecosistemas y la calidad de vida de los habitantes de este país.
Fotos: Marcha Olmué. Nelson Rodríguez S. Marcha 2. Nelson Rodríguez S.