por Guillermo Correa Camiroaga
Con un muy buen manejo comunicacional del lenguaje los medios de comunicación tradicionales fueron instalando como idea fuerza el concepto de que este 18 de octubre era una fecha de “conmemoración”, de recuerdo, concepto que incluso fue replicado por medios de comunicación alternativos e independientes. Con el término “conmemoración” se busca dar a entender que la rebeldía que estalló con la fuerza de un volcán el 18 de octubre del 2019 pasó a formar parte de la historia oficial como un fenómeno inanimado. En esta misma línea se han creado “museos o muestras del estallido” que de una u otra forma reafirman y refuerzan esta idea fuerza instalada, dando por terminado estos fenómenos dinámicos, vivos y cambiantes como son los procesos sociales n donde el pueblo es protagonista.
En Valparaíso este 18 de octubre no fue una “conmemoración”, sino un ¡TÉNGASE PRESENTE! por parte de los sectores populares para expresar que la rebeldía sigue viva y que el proceso de rebelión popular es de largo aliento, un proceso estratégico, con momentos eruptivos y momentos pasivos que se alternan según los contextos políticos y las coyunturas políticas de cada período. El Acuerdo por la Paz dividió al movimiento popular y la pandemia detuvo la violencia política popular en ascenso, dando paso a reacomodos políticos en donde una parte del pueblo rebelde claudicó ante el caramelo institucional de la Convención Constitucional y las múltiples elecciones incluyendo la presidencial. Dichos sectores acogieron los cantos de sirenas amplificados desde el poder institucional, uniéndose a los partidos políticos tradicionales que tanto cuestionaban, criticaban y rechazaban. De esta manera la institucionalidad burguesa que tambaleó peligrosamente con el multifacético y enérgico accionar de las bases populares, se fue nuevamente estabilizando y poco a poco fortaleciéndose, al mismo tiempo que fue imponiendo sus reglas institucionales a todos los sectores que decidieron participar del camino trazado en el Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución.
Pero hoy lunes 18 de octubre del 2021 miles de porteñas y porteños rebeldes marcharon y protestaron con energía, ocupando las calles de Valparaíso sin miedo, enfrentándose resueltamente a las fuerzas represivas y soportando la pestilencia de los gases tóxicos que una vez más inundaron el plan de la ciudad puerto.
Lo que sucedió en Valparaíso se replicó a lo largo y ancho del territorio nacional, mostrando que hoy no fue una jornada de “conmemoración”, sino un recordatorio a la clase política tradicional, a los sectores populares que se unieron a ella, a las élites y al gobierno que las chilenas y chilenos despertaron definitivamente y, más allá de los vaivenes propias de los procesos de rebelión popular, siguen atentos y dispuestos a organizarse y luchar, mostrando el poder que pueden ejercer en el camino para avanzar para conquistar los derechos del pueblo, aquellos que la institucionalidad burguesa, con vieja o nueva Constitución, jamás podrá satisfacer.
El largo camino de liberación nacional se construye paciente y decididamente en los espacios extraparlamentarios y extra institucionales, construyendo organización popular en los territorios, localidades y sectores, implementando el poder popular y creando los instrumentos necesarios para llevar adelante el programa político que el propio pueblo elabore en este proceso orientado a la construcción de una sociedad de nuevo tipo.
Miles y miles de chilenos y chilenas hoy no conmemoraron, se rebelaron, ocuparon las calles y protestaron para mostrar su potencialidad y capacidad de lucha más allá de los estrechos marcos institucionales del modelo capitalista que en su expresión neoliberal fue instalado durante la dictadura cívico militar y sigue vigente en nuestro país.