Archivo de la categoría: Feminismo

DI QUE NO – 25 Noviembre

—Hola, me llamo *******.

—Bienvenida *******, si quieres y te sientes cómoda puedes contarnos tu historia…

Una larga respiración y una mirada afligida, rota, recorre la pequeña habitación. Los cálidos rayos de sol que entran por la ventana caen sobre las espaldas reunidas en el centro, formando un círculo que parece contener la vida de cada mujer presente.

Su boca amoratada se abre, causando un escozor en su labio partido, saca la lengua para lamer las gotas de sangre que fluyen con el ligero movimiento.

—Siempre fue muy bueno… —comienza a contar, bajando la mirada hacia sus manos apretadas entre los muslos, con los ojos fijos en la tela del pantalón, como si este fuera a desaparecer en cualquier momento y revelar las manchas rojas, verdes y moradas sobre su piel.

»Me cuidaba, nunca me permitió hacer algo de trabajo pesado. Salíamos y regresábamos temprano, me dejaba en la puerta de la casa sana y salva. Todo era muy lindo, tan tierno…

»Pero cuando nos fuimos a vivir juntos, empezó a cambiar. Primero los gritos, luego me encerraba en el cuarto sin comida. En algún momento me amenazó con pegarme, pero nunca pensé que lo haría de verdad.

Las mujeres alrededor asienten, algunas aprietan sus puños y otras se abrazan el cuerpo, la mayoría acerca pañuelos de papel a sus ojos.

—La primera vez que me levantó la mano me pidió perdón y prometió que nunca más lo haría. Debí irme en ese momento. Soy tan tonta. Cada vez que lo hacía enojar me pegaba, me pedía perdón y luego olvidamos todo.

»Cuando se acostumbró, ya no se contenía. Me lanzaba cosas, rompía mi ropa para que no saliera… Eliminó el teléfono de la casa y perdí el contacto con mi familia.

Se detiene y las lágrimas recorren su rostro, los hombros le tiemblan mientras contiene los sollozos.

Un reloj en la pared atrae los ojos de la mujer vestida de negro, que sonríe al mirar a sus acompañantes.

—Terminemos aquí por hoy. Recuerden que la próxima fecha es el aniversario de muerte de ********, no lleguen tarde. —Cerrando la carpeta en su mano, la mujer vestida de negro sopla sobre la vela a su lado.

Los contornos de las mujeres que la acompañan se vuelven difusos, y pronto desaparecen dejando atrás algunas lágrimas y llantos.

Esta historia es ficticia pero la violencia contra la mujer NO.

Autor: eLena

Un poco de historia…

Cada año el 25 de Noviembre desde 1981, se conmemora el día Internacional de la eliminación contra la violencia de la mujer. A fin de concientizar y denunciar la violencia que se ejerce sobre las mujeres en todo el mundo y reclamar políticas en todos los países para su erradicación.

Las Hermanas Mirabal, Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, eran 3 activistas políticas de República Dominicana.

Ellas fueron perseguidas en varias ocasiones debido a su activismo relacionado al grupo revolucionario “14 de Junio” que se oponía al régimen del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo. Pero el 25 de noviembre de 1960 fueron secuestradas y apaleadas por agentes del Servicio de Inteligencia Militar dominicano, siguiendo órdenes de Trujillo. Sus cadáveres se encontraron en el interior de un vehículo que había sido despeñado por un precipicio simulando un accidente. 

El asesinato de las hermanas Mirabal desató la furia de la gente de República Dominicana y del mundo entero, convirtiéndose en un símbolo latinoamericano de la lucha contra la violencia de género.

Durante el primer Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe de 1981 se propuso reconocer el 25 de noviembre como el día contra la violencia hacia las mujeres. A partir de entonces se organizaron movilizaciones en Latinoamérica en la fecha señalada, que se extendieron a otros países del mundo. 


En 1993, la Asamblea General de la ONU aprobó la Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer, definiendo el concepto de violencia contra la mujer y reiterando el derecho de las mujeres a la igualdad, la seguridad y la dignidad. Finalmente, en el año 2000, la ONU declaró oficialmente el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. 

Nos enseñaron, nos enseñamos

Por Macarena Müller

Escoce la herida profunda de lo que nos prohibieron. Derraman los hilos de sangre que dibujan nuestros pechos el encaje como si no nos perteneciera. Vestidas como muñecas, moldeadas a voluntad, la herida clava a estigma nuestro cuerpo por solo nacer mujer.
La arcilla seca del tiempo, la coraza tosca teñida en púrpura de todos los golpes aguantados, han formado una armadura de apariencia tierna que los labios amoratados enseñan al sonreír. Nos enseñaron a servir, y nos enseñaron a roer, los huesos de lo que nos han devorado mientras nos muerden los pies. Nos enseñaron a servir, y nos enseñaron a roer. Nos enseñaron a recibir el golpe y a sonreír después.

Seguir leyendo Nos enseñaron, nos enseñamos

Apocalipsis Patriarcal

por Taira Pizarro

Desde los Medios en todo ámbito, se anuncia un cambio. La gente lo dice en la calle, algunos se resisten, pero, -¿podremos soñar alguna vez con soltar realmente ese amor posesivo que nos hace machistas?

En las nuevas comunidades en formación y consolidación, se vive de alguna forma un cambio de paradigma.

Mujeres que hemos sabido “salir adelante solas”, y no reemplazando al macho, ni menos excluyéndole, mas bien existe una decisión, un decreto mágico para el futuro. Queremos felicidad. Hemos soltado la pena, soltando el castigo, viviendo en libertad, amándonos y ayudándonos, aprendiendo de les otres y mostrando los dones sin culpas, con amor a la infancia, porque les niñes son de todes, porque si yo no quiero tener hijos, y mi vecina tiene y le cuesta, yo la ayudo. Es así como se asume la vida desde una nuevo lugar que intenta no victimizarse, pero que aún debe lidiar con los inevitables protocolos machistas de la institucionalidad, donde se trata a la mujer como un ser inferior incapaz de ser el jefe de hogar pues hasta en el mismo matrimonio se supone al hombre en el papel y ni hablar de una familia constituida por mujeres u hombres que no se sienten machistas…

“Estamos en una emancipación constante” escuché en un seminario de autogestión femenina, y sí, me hizo tanto sentido esta frase, que hasta hoy siento que debemos repetirla, para generar más tolerancia entre nosotres. Y esta respuesta de una constante evolución hacia una forma libre del ser mujer, se debe dar siempre cuando estamos exigiendo a nuestres pares, un comportamiento idealizado, criticando formas de vida y no permitiendo el error.  Sin dar el espacio a equivocarse que es como se hace la vida. Si tomamos el comportamiento machista de la sociedad, su lenguaje, por sobre todo violento y absolutista, con nuestres amigues que de pronto hacen comentarios que jamás pensamos harían sobre nuestras luchas. Y es que creo que al movernos desde la rabia y con desdén estamos repitiendo los mismos valores que tanto criticamos.

El reconocernos en un constante proceso de emancipación, estamos enalteciendo la lucha de toda mujer en cada uno de sus escenario, ya sea en una comunidad religiosa, levantando recién la voz para ser sacerdotisa o en una junta de vecinos, demostrando empoderamiento y organización al independizarse del sistema piramidal obligatorio de la sociedad civil patriarcal. Es así como se levanta un movimiento que, desde las  diferentes cuencas de marginalidad: Artistas, Homosexuales, Mujeres, Niñes, Abueles, y toda persona que no se sienta capaz de vivir feliz con este sistema del valor monetario y de la libre competencia, que deja siempre a un explotador y un explotado. Alza la voz desde el ejemplo, desde una mirada mucho más que pacifista, es una mirada que activa lo dormido, la creatividad, el amor propio, el respeto por la madre tierra, y son valores que el ecologismo y el humanismo recogían pero que en estas comunidades se vive y se dirige hacia la horizontalidad de forma abierta y participativa.

Hemos tenido que aprender el lenguaje de las instituciones pero estamos traduciendo nuestra horizontalidad para posteriormente establecer las comunidades no piramidales como otra forma de vida y de “persona” en la organización social, es más que un cambio de paradigma. La lucha de clases se basa en esa pirámide, y el feminismo la destruye, al construir con bases sólidas formas de vida no competitivas que estuvieron por miles de años escondidas.  Entonces creo que presenciamos el comienzo de una nueva era, quien sabe cómo se empoderará la madre naturaleza y de qué forma tomará lo arrebatado. Tendremos que todas juntes soltar la materia que tanto nos movía. Conocer nuevamente el mundo, desaprender  toda las culpas y esterilidades.

Sembrar nuestras semillas, buscar el agua en el aire, unirte a otres si lo necesitas, bullar por la justicia, animar a la alegría, trabajar en la igualdad, no violentarnos, reconocer el error propio, no exponerse a la violencia, no exponer a les niñes, crear, no apropiarse de la naturaleza, no destruirla, vivir adaptándose a sus formas y organizar nuestra forma de vida hacia la sustentabilidad.

Emancípate.