Archivo de la categoría: Análisis político

Juan Sutil y su moleStia por la regulación de los mercados

por Da Nilo

Suena increible pero es cierto: un reaccionario Juan Sutil asegura que Chile dejará de ser atractivo para la inversión solo porque ahora se pretenden regular los mercados.Esto demuestra que el empresariado siempre ha vivido al margen de la constitución. Y eso es lo que en el fondo lo tiene escandalizado: que para hacer negocios tendrá obstáculos institucionales. Que sus amigos deberán cumplir reglas, pero -lo piensa Sutil, aunque sin decirlo-, las reglas son para el pueblo, no para la oligarquía, son para los trabajadores, no para los inversores. La Constitución de 1980 tenía como propósito limitar completamente cualquier posibilidad de transformar a través de canales institucionales, los privilegios de los que gozaban las familias más ricas de Chile. La destitución de ese orden ha sido posible desde la protesta social, que es lo único realmente democrático que ha ocurrido en el país en las últimas tres décadas. En efecto, la respuesta ante tamaña afrenta de los pueblos contra el interés mezquino y egoísta del empresariado, es fomentar el resentimiento en Carabineros, es decir, apelar al uso legítimo de la fuerza pero en defensa de un statu quo que los favorece.Lo que Sutil defiende es que el empresariado sea el grupo social que se arrogue la representación del interés colectivo. Por eso la desempresarialización de las relaciones sociales requiere estrategias de poder precisas. No basta con una nueva constitución.

El fascismo neoliberal tiene como estrategia la política del resentimiento, para capitalizar la situación de crisis.

por Da Nilo

Los medios hacen circular como noticia una encerrona televisiva al exdirigente secundario Víctor Chanfreau. Un tiktoker lo impugna moralmente, acusándolo de «cagarse a una generación completa (de alumnos que se sacaron la cresta para dar la PSU)». No hay un argumento sólido, no importa, la estupidez se vende más que el pan caliente a la hora de once.La impugnación utiliza las técnicas de Donald Trump, que se parecen un poco a las que empleó el arquero de Australia para inducir al error a los jugadores de la selección de Perú. Hacer payasadas con tal de ganar. Ahora todo vale.En la sociedad del espectáculo la comunicación ya no tiene nada que comunicar. Lo que queda entonces es una retórica persuasiva que busca gestionar reacciones. Pragmatismo a ultranza. Como en «El Proceso» de Kafka, primero eres culpable y luego se te imputan los delitos.Así ocurre hoy día producto de la espectacularización de la política. Trump instala un marco de referencia en que lo «políticamente incorrecto», y que le otorga popularidad, es ser un deslenguado que dice lo primero que se le viene a la cabeza. Un insensato a sueldo que no se hace cargo de las consecuencias que generan sus disparates. Tampoco los medios que les dan cobertura.El fascismo neoliberal tiene como estrategia la política del resentimiento, para capitalizar la situación de crisis. Si los resentidos que, «por culpa» de Chanfreau, no pudieron rendir la PSU, deciden funarlo o agredirlo, uno esperaría que los medios que se hicieron parte del show fueran sancionados. Pero en este país la impunidad es la base de todo el statu quo.Hace mucho tiempo que el objeto de la política no es la verdad, entendida afirmativamente más que como lo no-falso. Por eso habría que decir, contra la actual miseria de la política, que los juicios de valor no constituyen argumentos. Que los sofismas y la parrhesía no son equivalentes, y que para distinguirlos hace falta la ética.Por todo lo anterior, pienso que el lugar de una política por venir está lejos de estos medios de comunicación y de toda forma de espectáculo.

La Resistencia Mapuche y el control estatal

por Da Nilo

De verdad, en el fondo de las cosas, lo que más escandaliza de la rebelión mapuche no es la violencia. Tampoco las forestales y los grandes agricultores de la zona sur del país están al borde de la bancarrota financiera producto de las acciones de sabotaje. El enfoque de seguridad pública con que se enfrenta el conflicto disimula un hecho terrible. Porque no constituye la causa mapuche un problema económico de envergadura, salvo las denuncias por «robo de madera», que sería un millonario negocio, pero que no existen pruebas concluyentes de que las orgánicas radicales mapuche estén involucradas. Ese hecho terrible es la democracia, inseparable de la tradición revolucionaria y de la reivindicación no solo de igualdad sino que de autonomía. Y autonomía es libertad. Podría decirse que la democracia es el movimiento afirmativo a través del cual son impugnadas todas aquellas instituciones (y condiciones) que nos son presentadas, e impuestas, como inmutables. Tarde o temprano el neoliberalismo sucumbiría ante el devenir de la democracia (y toda democracia es libertaria), entendida en términos informales e instituyentes. Esa es la «verdadera democracia» de la que hablaba el joven Karl Marx: un hecho siempre inacabado. Que Estados Unidos y sus aliados justifiquen guerras e invasiones en nombre de la democracia, pone en evidencia que ella es pura facticidad, facticidad recubierta de teología política, en la cual los países democráticos seríamos los países «buenos». Lo que se busca, como sabemos, es imponer un régimen oligárquico estatal y económico. Pero Marx no se refería tanto a la «revolución democrática» (que se utiliza hoy en Chile para restringir las luchas sociales al control estatal), sino que a la «democracia como revolución». Esto quiere decir que la democracia escenifica el enfrentamiento de fuerzas variable que comporta la política, siendo ella una apertura hacia lo otro impensado que solo el pensamiento puede imaginar. Pensar democráticamente significa también pensar estratégicamente. La resistencia mapuche ha venido a verificar que tal libertad y tal igualdad, básicas para que un sistema político pueda considerarse democrático, simplemente no existen. Que lo que existe en Chile, en cambio, es un poder oligárquico absoluto, y por esta razón, la violencia es inevitable.

Votar con crisis de pánico

por Guillermo Correa Camiroaga

La consigna es votar, así dicen los que se embarcaron en esta elección presidencial, no importa cómo sea: en silencio, mirando hacia el suelo, tapándose las narices o con la cola entre las piernas. El mal menor justificaría una vez más la sumisión y claudicación de las convicciones políticas en aras de un futuro nebuloso, total se está votando en contra de Kast, explicarán, pero para llevar a la práctica esto necesariamente votarán en favor de Boric, sus aliados, su programa readecuado a las circunstancias y todo lo que eso significa en esta “profundización” de la democracia dentro del sistema de dominación capitalista en su manifestación neoliberal.

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El poder de las voces de los territorios de Valparaíso

El estallido social trajo consigo el encuentro de las comunidades, la conversación, la re-construcción de tejido social, la posibilidad del cambio de abajo hacia arriba. Resistir, transformar y darse cuenta que el poder está en los territorios que se habitan y que el sistema neoliberal puede ser derrumbado si las personas de a pie así lo deciden.

Se invita a una conversación distendida con tres mujeres, de tres generaciones distintas, pero que tienen en común la ciudad de Valparaíso y el trabajo territorial. Ellas nos contarán acerca de sus problemáticas, sus sueños y su lucha por el cambio.