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No cayeron al mar, los tiraron al mar

por Guillermo Correa Camiroaga

Mes a mes, desde el día 11 de septiembre de 2013, un grupo de porteñas y porteños, la mayoría ex Presos(as) Políticos(as) que sufrieron prisión y tortura en diversos centros de detención de la Armada de Chile, se congregan en las afueras del Museo Naval de Valparaíso para dar a conocer el papel represor jugado por la marina chilena durante la dictadura cívico militar y denunciar la existencia en los jardines del Museo Naval de una estatua en “honor” al Almirante Merino, lo que constituye una apología al terrorismo de Estado y un símbolo del negacionismo de los crímenes de lesa humanidad y las brutales violaciones a los derechos humanos cometidas por esta institución armada.

Hoy sábado 11 de junio del 2022, al cumplirse ocho años y nueve meses desde que el Colectivo Cine Fórum impulsó esta iniciativa que busca desmonumentar los símbolos de la dictadura, se realizó la Funa N° 105 frente a los jardines del Museo Marítimo de Valparaíso, actividad de protesta que contó en esta ocasión con la participación del Colectivo de Arte Popular “Pésimo Servicio” quienes efectuaron una intervención urbana desplegando un gran lienzo donde está escrito: “Lxs arrojaron al mar/ y no cayeron al mar/ cayeron sobre nosotrxs.”, versos del poema “Restos”, de la poeta chilena Elvira Hernández.

Esta actividad realizada por el “Colectivo Pésimo Servicio” se inserta en un trabajo más complejo y global de arte visual que están desarrollando respecto a la participación dela Armada en las violaciones a los derechos humanos en nuestra región, que incluye diversas expresiones de arte gráfico, instalaciones y audiovisuales.

El punto de partida de este proyecto artístico de denuncia fue la instalación de este llamativo lienzo en el frontis de un edificio ubicado en la calle Esmeralda el día 21 de mayo recién pasado para que fuera visto por los miles de uniformados que desfilaron por allí durante la conmemoración de aquella fecha.

Estuve realizando algunos registros fotográficos ese día precisamente al frente de donde se desplegó el lienzo y pude ver en los sorprendidos rostros de los uniformados el efecto que provocó esta intervención de arte popular.

Como plantean las y los integrantes del Colectivo:

“(…) este proyecto tiene harto de reflexión, harto de corazón, de afecto. Se nos ocurrió la idea de poner este lienzo el 21 de mayo con el poema “Restos” de Elvira Hernández y fue como el puntapié inicial para comenzar una investigación sobre la presencia de la Armada, sobre cómo ellos ocupan el territorio, cómo lo entienden y como siguen existiendo performances golpistas todo el tiempo. No solo es la estatua de Merino, hay salones en su nombre, hay homenajes todo el año para estos seres detestables…”

“La idea es entender el arte como un vehículo, una instancia en la cual uno puede manifestar ideas que se pueden contar a través de diversos lenguajes y oficios en una materialidad, una canalización de inquietudes, en este caso de las violaciones de los derechos humanos lo que es una herida que permanece abierta…”

“Vemos que ocupar el espacio público es una forma muy valiosa para comunicar. Desde la simpleza de un cartel que dice “se necesita garzón” o “cajero malo” hasta el lienzo con los versos de Elvira Hernández que desplegamos el 21 de mayo, que tiene un trasfondo bien pensado que rompe visualmente la monotonía urbana…”

Durante la funa de hoy sábado 11 de junio hicieron uso de la palabra algunos ex prisioneros y algunas ex prisioneras políticas, quienes manifestaron:

“No queremos más esta estatua del negacionismo. No podemos seguir esperando más. Hemos esperado durante todos los gobiernos anteriores, incluyendo los de Bachelet y no ha pasado nada. Ahora esperamos que el gobierno de Boric tome alguna medida concreta para sacar esta estatua, estamos esperando a la Ministra de Defensa Maya Fernández que de una vez por todas saque esta estatua de Merino, estatua que para nosotros constituye una infamia más, una afrenta más contra la memoria. Exigimos a este gobierno que le dé la orden al comandante en Jefe de la Armada, al Almirante De La Maza, que saque esta ignominiosa estatua.”

“La Armada está comprometida en la violación a los derechos humanos desde el mismo día 11 de septiembre de 1973. Se llevó a mi abuelo a Pisagua. Estoy aquí también para protestar por nuestros compañeros que siguen presos de la revuelta a manos de esta dictadura neoliberal.              La violación a los derechos humanos ha continuado y lo vimos y vivimos en forma directa durante la revuelta con la represión, la tortura, el encarcelamiento y las mutilaciones oculares. El ayer y el hoy se unen, son una historia viva. Por eso hoy estamos aquí protestando para que se saque este tipo de monumentos. Estamos cansadas que se sigan negando las violaciones de los derechos humanos de ayer y que nos sigan reprimiendo hoy día y se sigan violando los derechos humanos. La historia nuevamente la está escribiendo la elite, robándonos la lucha y tratando de silenciarnos con pastillas. Exigimos la liberación de nuestras compañeras y nuestros compañeros presos políticos de hoy día, pero también exigimos verdad y justicia por nuestras familias y la herencia de dolor que llevamos en nuestros corazones. Debemos seguir luchando, abriendo los ojos y manteniéndonos despierto…”

11 DE SEPTIEMBRE 2021: ocho años luchando por desmonumentar la estatua de Merino, un nefasto símbolo de la dictadura cívico-militar

por Guillermo Correa Camiroaga

La estatua de Merino, ubicada en los jardines del Museo Naval en Valparaíso, sintetiza fielmente lo que fue la dictadura cívico-militar, ya que junto a la figura uniformada de José Toribio Merino Castro, el principal artífice del movimiento sedicioso del 11 de septiembre de 1973, en una placa ubicada en la base del monumento hay una serie de nombres de civiles, la mayoría de ellos empresarios, quienes colaboraron con el financiamiento de esta ignominiosa estatua.

Las Fuerzas Armadas y de Orden fueron las encargadas de la represión directa, pero numerosos civiles propiciaron, participaron y ayudaron a la consolidación de la dictadura, implementando un modelo de sociedad de libre mercado que permanece inalterado hasta el día de hoy.

En la Placa ubicada al costado derecho de la base de concreto sobre la que está instalada la estatua de Merino se puede leer:

“LA MATERIALIZACIÓN DE ESTA OBRA, QUE IMPLICA UNA SALA Y UNA ESTATUA DE LOS MARINOS ILUSTRES DEL SIGLO XX, HA SIDO POSIBLE REALIZARLA CON EL GENEROSO APORTE DE LAS SIGUIENTES PERSONAS: PEDRO ALLIENDE, MANUEL ARIZTÍA, JOSÉ VAYÚ, FELIX BACIGALUPO, GONZALO BOFILL, HERNÁN BRIONES, HERNÁN BÜCHI, CARLOS CÁCERES, JORGE CLARO, RICARDO CLARO, ANDRÉS CONCHA, RAMÓN COVARRUBIAS, ROBERTO DE ANDRACA, SERGIO DE CASTRO, EUGENIO HEIREMANS, JUAN HURTADO, ALBERTO KASSIS, ROBERTO KELLY, FELIPE LAMARCA, SANTIAGO LORCA, BERNARDO MATTE, ELIODORO MATTE, TSUYOSHI NICHIMURA, BRUNO PHILIPPI, GONZALO VIAL, WOLF VON APPEN.”

Por otra parte la presencia de esta estatua, símbolo de la apología de una brutal dictadura, representa también la Impunidad de la que han gozado los uniformados  que participaron en ella, ya que los gobiernos civiles de la post dictadura han tenido un débil y timorato comportamiento en materia de Derechos Humanos, especialmente en  lo que se refiere a la  Justicia y el Castigo a los culpables de crímenes de lesa humanidad, pues el principio rector ha sido el de la “justicia en la medida de lo posible”.

FUNA A LA ESTATUA DE MERINO, UNA LUCHA PERMANENTE POR DEMONUMENTAR LOS SÍMBOLOS DE LA DICTADURA

Mes a mes, desde el día 11 de septiembre de 2013, un grupo de porteñas y porteños, la mayoría ex Presos(as) Políticos(as) que sufrieron prisión y tortura en diversos centros de detención de la Armada de Chile, se congregan en las afueras del Museo Naval de Valparaíso para dar a conocer  el papel represor jugado por la marina chilena durante la dictadura cívico militar, y la existencia en los jardines del Museo Naval de una estatua en “honor” al Almirante Merino.

HOY SE CUMPLE LA FUNA N° 96

Este  11 de septiembre de 2021 se cumplen 8 años desde que el Colectivo Cine Fórum impulsó esta actividad buscando terminar con este símbolo que constituye una apología al terrorismo de Estado, exigiendo que sea retirada de este lugar y eliminada definitivamente.

El Colectivo Cine Fórum expresa:

“José Toribio Merino Castro el 11 de septiembre de 1973 destituyó al Almirante Raúl Montero Cornejo y se auto nombró Comandante en Jefe de la Armada, pasando a formar parte de la Junta Militar que torturó y asesinó. Es inconcebible que se rinda homenaje a quien es responsable de violaciones a los Derechos Humanos. Es la hora de eliminar esta estatua, que es una ofensa para los que fueron torturados, sus familiares y el Pueblo de Chile.

Este monumento constituye una apología del negacionismo y atenta en contra de uno de los derechos elementales del ser humano como es el derecho a la salud, ya que esta comprende el bienestar físico, mental y social, y en este caso, a nosotros como sobrevivientes de la prisión política y tortura, su presencia nos golpea y violenta, ya que es un brutal “homenaje” a quien fue el principal instigador  e impulsor del sangriento golpe militar del 11 de septiembre de 1973.

Esta acción de desmonumentación todos los días 11 de cada mes no solamente tiene que ver con que este fue un sitio de prisión y de tortura, sino que también fue un lugar importante en la planificación del golpe de Estado.                                                                                      

El solo hecho que nosotros vengamos mes a mes a manifestarnos a los pies de la estatua de Merino, en ocasiones en mayor número y en otras con menor presencia, constituye en sí una acción de memoria y de protesta necesaria en esta lucha en contra del olvido.”

Decenas de compañeros y compañeras  acudieron hoy a mediodía a protestar y exigir que se elimine definitivamente esta estatua de los jardines del Museo Naval, ya que aún cuando esté emplazada en terrenos de la Armada de Chile, dichos terrenos pertenecen a todas y todos los chilenos.

Transcribo a continuación algunos testimonios entregados por compañeros y compañeras que durante estos largos ocho años han estado mes a mes presentes en esta movilización:

NELSON:

“Nuestra tarea como militantes de las diferentes organización de derechos humanos, y en este caso específico como militantes del Colectivo Cine Fórum, ha sido, es y seguirá siendo el transformar la memoria histórica en una bandera de lucha permanente, transformar la memoria en un acto de resistencia  activa, un acto de memoria viva, que busca por un lado desmonumentar los símbolos de la dictadura como lo es la estatua de Merino, pero al mismo tiempo es un acto para monumentar la memoria histórica de nuestro pueblo”

LUCHO:

“Llevamos ocho años de lucha, 96 veces, mes por mes movilizándonos en forma pacífica para exigir a las diferentes autoridades que saquen esta estatua de la infamia del Museo Naval,  pero hasta el día de hoy no lo hemos podido lograr. Pese a que ha habido resoluciones que nos apoyan, la Armada se sigue mandando sola y no responde a los poderes civiles, pero nosotros no pararemos nuestra lucha para que retiren esta estatua, porque este museo no solo es de la Armada, es un lugar público y nos pertenece a todos los chilenos.”

CARLOS:

“Hay que destacar la persistencia de nuestra lucha, la constancia de las organizaciones de derechos humanos que han estado solicitando permanentemente el retiro de esta estatua ignominiosa, que es una afrenta para los porteños, una afrenta para los chilenos dado que representa una represión brutal, violenta, sangrienta, que está allí instalada por los grandes empresarios de Chile, que donaron esta estatua, y que la Armada tiene ahí como un trofeo, y eso es una vergüenza, porque Toribio Merino representa lo peor del golpe, la Armada fue la que inició el golpe de Estado. Llevamos ocho años pidiendo de mil maneras que la saquen y no dejaremos de protestar hasta que este objetivo se cumpla”

ALICIA:

“Ya está bueno que de una vez por todas se retire esta estatua de los jardines del museo naval, no nos vamos a quedar tranquilas aunque la Armada y la derecha sigan obstinadas en el negacionismo y en resaltar figuras tan nefastas como Merino que fue el principal instigador del golpe. Nosotras vamos a seguir en esta lucha sin descansar. Para mí es una convicción, me preparo todos los 11 de cada mes para venir a protestar acá, aunque llueva, incluso hemos venido igual en cuarentena con mi compañero y seguiremos adelante con esta lucha, porque es una lucha justa.”

GABRIELA:

“Esta ha sido una tarea dura, pero que es muy necesaria porque si queremos fundar un país democrático estas instituciones armadas tienen que ser cambiadas desde la raíz. Necesitamos fuerzas armadas que defiendan al pueblo y no que sean opresoras y asesinas del pueblo. El estar luchando durante ocho años acá me deja la sensación de un deber cumplido y aunque la Armada se oponga en estos momentos, van a tener que retirarla, porque el pueblo chileno despertó el 18 de octubre y acumulará la fuerza necesaria para hacer valer sus derechos.”

ANTONIO:

“Nosotros tenemos que seguir levantando estos frentes de batalla por la justicia, por la verdad y contra la impunidad y esta acción que realizamos acá en el Paseo 21 de Mayo es de absoluta necesidad, ya que sirve para seguir educando a las nuevas generaciones que este no es un lugar más, un museo cualquiera, este recinto fue un centro de prisión, de tortura y de vejaciones. Hoy podemos ver curiosamente numerosos barcos de guerra de la Marina que están a la gira. Este mismo ejercicio sucedió en septiembre de 1973, con la diferencia que estaban apuntando con sus cañones hacia los cerros porteños. En el molo que está allá al frente, el  73, atracó un barco mercante, el Maipo, cedido por la Compañía Sudamericana de Vapores, y no solo ese barco, también entregaron a la Armada los barcos Andalién y Lebu, que sirvieron de prisiones flotantes, lo que grafica la participación de los civiles en el complot contra el gobierno del pueblo de Salvador Allende, situación que también se dio en Colliguay, donde la familia Matte Larraín, de la Compañía Manufacturera de Pápeles y Cartones, cedió un terreno de su propiedad para que se instalara un campo de concentración llamado Isla Riesco. Todo este ejercicio de memoria histórica no lo abandonaremos y seguiremos con nuestra lucha.”

Posteriormente las manifestantes y los manifestantes marcharon desde el Paseo 21 de Mayo, bajando al plan de Valparaíso, para desplazarse primero hasta la Plaza Aníbal Pinto y continuar luego hasta la Plaza del Pueblo Salvador Allende, donde se encontraban reunidas otras organizaciones de derechos humanos, sociales, sindicales y políticas, rindiendo un merecido homenaje al compañero presidente Salvador Allende, un mandatario elegido democráticamente por el pueblo chileno que no dudo ni un instante en oponerse resuelta y valientemente al golpe de Estado y empuñando un fusil  junto a los compañeros del GAP resistió hasta la muerte en el Palacio de La Moneda, hace 48 años atrás.