por Mujeres y Feministas del Referente Político Social (RPS)*
El movimiento de mujeres y particularmente el movimiento feminista, está viviendo un nuevo momento de institucionalización. En los ’90 la supuesta recuperación democrática trajo consigo toda una nueva institucionalidad que tenía como fin afrontar las problemáticas de las mujeres. En este tiempo pos 18 de octubre, no sólo se trata de que las demandas históricas se “resuelvan” por las vías que el aparato gubernamental ofrece, sino que además, el carácter mismo de aquellas demandas han perdido fuerza frente a una inclusión de mujeres y particularmente feministas a los procesos de rescate de una institucionalidad en crisis. Esto es lo que leemos pasa en la convención constitucional, una inclusión que permite legitimidad, oxígeno al sistema político y un borramiento por un lado de las demandas históricas del movimiento (aborto, violencia machista, entre otras) y por otro, una consabida distancia entre lo que se decide en los escenarios de la elite y las necesidades cotidianas de las mujeres. Lo ocurrido en la revuelta social, debió haber sido el fortalecimiento de las organizaciones populares, junto con la creación de comunidades organizadas que pudieran ir construyendo caminos propios para resolver la precarización de sus vidas.
Por el contrario, lo que ha provocado la apuesta institucional una vez más, es el debilitamiento de la posibilidad de que mujeres y feministas, así como el movimiento popular puedan constituirse en un sujeto político, es decir, en un movimiento que realmente sea protagonista de los procesos de transformación profunda prefigurando un proyecto de sociedad distinto.
En el juego institucional podríamos apostar que hay un desplazamiento de las necesidades de las mujeres en pos de los asuntos que tienen cabida en la dinámica electoral, convencional y de la pretendida “nueva paz social” vociferada por todos los sectores de los que proceden lxs 155 constitucionales. Lo anterior, queremos recalcar, ha provocado a esta altura un distanciamiento entre las mujeres y feministas de los territorios, con aquel feminismo sentado en los salones donde sesiona la convención. Los problemas que aquejan a las jóvenes, a las adultas a las viejas, simplemente no están, no son tema central.
¿Cuál es la situación de las mujeres hoy en plena crisis del capital, ecológica a nivel mundial y del sistema político en Chile y en el Wallmapu? Creemos que existe desde el poder y desde el feminismo institucional o conservador, una invisibilización de las diversas luchas de las mujeres y feministas de carácter popular y autónomo. Por ello, pensamos que es urgente y necesario mostrar esas luchas, que se han desarrollado y se desarrollan a contrapelo de los nuevos pactos patriarcales, burgueses y coloniales que se tejen.
Las mujeres tal como lo hizo Macarena Valdés están en el Wallmapu, en la defensa de los territorios, rompiendo con toda la lógica legalista del Estado Nación chileno; las mujeres están en la lucha por la libertad a todxs lxs presxs políticxs; las mujeres están en las organizaciones populares, en la lucha frontal contra el capital extractivista, es decir, hay toda una serie de experiencias de mujeres que desde los pueblos y comunidades en lucha se levantan, y que no tienen ninguna relación con lo que se negocia en los salones de lxs convencionales.
Particularmente, entendemos que el extractivismo es la violación de la naturaleza, es la violación de los cuerpos y la vulneración de los saberes comunitarios. Por ello, no podemos separar la lucha territorial de la lucha feminista. La imposición de una nueva “paz social” y la búsqueda por ocupar puestos de poder en la institucionalidad patriarcal, clasista y colonialista es siempre el fortalecimiento del Estado-nación, invisibilizando el actuar violento de ese mismo Estado, que se traduce en militarización, represión, y la normalización de un Estado de excepción que llegó para quedarse. El despojo de los territorios genera un empobrecimiento específico de las mujeres, exacerbando la violencia, la ruptura del tejido social, el sicariato, la violación a las infancias, mujeres, y otros cuerpos feminizados.
Por todo lo señalado, hemos organizado como mujeres y feministas del RPS (Referente Político Social) en el marco de la campaña “Por una nueva primavera de los pueblos en lucha” este conversatorio llamado “ Mujeres, vida y territorio” en homenaje a la lucha de Macarena Valdés, así como de tantas otrxs luchadorxs sociales y nos sumamos a la demanda levantada por la Coordinadora por la justicia de Macarena Valdés, “¡La verdad ya la sabemos! Ahora exigimos justicia”
(*) El Referente Político Social, RPS, es una articulación de organizaciones y asambleas populares de distintos territorios de Chile y el Wallmapu, surge en Concepción en febrero del 2021, con el objetivo de levantar una política contraria el camino trazado por la elite y los partidos políticos en el marco del “Acuerdo por la paz y una nueva constitución”.